sábado, 24 de febrero de 2018

Mi vecino Totoro

Y con esto ya me pongo al día, que tenía mucho por actualizar.

Un encargo de aúpa, un Totoro para una doble celebración, cumple y aniversario. Hay que esforzarse a tope!

Llevaba tiempo buscando una oportunidad para utilizar la masilla de modelar que amablemente me había regalado mi amigo Klq, y vi que este era el momento.

No había visto la peli, pero entre las imágenes de Internet y el asesoramiento femenino de casa, creo que salimos adelante bien parados.


Comencé dibujando un perfil del susodicho e hice una base de madera que era, básicamente, una pelota.





Le añadí un poco de altura para el relleno de la cabeza, y base lista.





A continuación forré la madera de aluminio. Realmente no se si es necesario. El aluminio lo usa la gente para relleno, pero me dió la impresión que poner la masilla sobre una superficie tan porosa no iba a ser buena idea.

Una vez embalada, la rodee de alambre para darle una sujeción a la masilla.





Todo lo demás fue aplicarnos con el super sculpey.

Lo primero era forrarlo. Debe ser por mi torpeza añadida a mi falta de experiencia con este material, pero me llevó toda la tarde forrar la jodía figurita, y terminé con las manos destrozadas.





En los días sucesivos fui poniendo y quitando partes del cuerpo en plan ensayo error. Mi principal problema es que el dibujo es tan sencillo que al pasarlo a 3d no sabía muy bien como hacerlo, y en la mayoría de los casos, mi idea chocaba con lo que la sección femenina totorófila de casa me decía que debía ser.

Os pongo algunos de esos ensayos:










"La sonrisa da miedo", "no es cuqui", "parece una persona", "no es un gato"... son algunas de la frases que fueron marcando el progreso de esta figura. Viendolo a toro pasado, me alegro mucho de haberme fiado del gusto de mi señora esposa para estos muñequitos y haber ido cambiando según avanzaba.

En lo único en que mi encargador y yo diferimos del gusto femenino, fue en darle relieve, y mira, no me arrepiento :)


El producto final fue este:









La fase de horneado me daba un poco de miedo. Había trabajado con fimo, pero ni las figuras llevaban tantiiisimo curro, ni había tanto material y tan importante en juego.

Siguiendo las instrucciones, y 30 minutos después, la figura estaba horneada y con muy buen resultado.

Mi decepción vendría al día siguiente, cuando al salir a la terraza, donde lo había dejado para que se enfriase (como tantas otras veces había hecho con el fimo), me encuentro que la figura tiene mogollón de fisuras. Mi teoría es que tendría que haberlo dejado en el horno con la puerta abierta para que el cambio de temperatura y la perdida de calor hubiese sido mucho más progresiva. Se ve que tenía mucho calor interno en el momento que la saqué, y siendo febrero, la terraza con las puertas abiertas estaba muu fresquita.

Pensé que al ser tan finitas, era posible que la imprimación las cubriese.

No fue así.

Le dí masilla al agua, y tras una trabajo de lija al agua el tacto era de continuidad pulida, así que parecía que se había solucionado el problema.

No fue así.

Tras volver a imprimar, las lineas de fisura de apreciaban con total claridad, así que solo que me quedó resignarme y seguir pintando.

Optó por un pintado muy sencillo, donde lo único especial que hice fué darle un poco de aguado negro en las zonas de pelo que unen el cuerpo a las garras de las manos y los pies.

Muy sencillo, pero muy aparente.

La base la hice en contrachapado, le hice un pequeño fresado para redondearla, la apliqué aceite de linaza para un acabado más bonito, y barniz mate. Añadí un poco de vegetación de escenografía y listo, el vecino tocaba a las puertas.






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