miércoles, 6 de noviembre de 2019

"Mira hacia el sol pero no le des la espalda a la tormenta".


Con este supuesto proverbio celta iniciamos la última entrada de su equipación, que no sería otra que el escudo celta. De los muchos tipos de escudos que usaron, me decanté por replicar el escudo ovalado de agarre horizontal y espiga central.

Este escudo acompañado de lanzas cortas y largas espadas rectas, constituyeron la panoplia básica de los guerreros celtas.

Los escudos se hacían de roble, a diferencia de los romanos que los hacían de otras variedades menos duras y pesadas, pero a su vez más fáciles de trabajar. 
A diferencia de estos últimos, que solapaban varias capas para formar un contrachapado muy similar al actual, los celtas usaban tablas de roble que pegaban sin machiembrar, para cubrirlas posteriormente con cuero o fieltro.

En el caso de la espiga, se sacaba de una sola pieza de madera sobre la que se clavaba un refuerzo metálico en la zona más prominente.
El agarre estaría formado de bronce y/o madera y se unía por medio de clavos al óvalo.

Aunque el nuestro tendrá forma ovalada, los celtas utilizados escudos hexagonales, cuadrados, redondos y rectangulares con los bordes redondeados. 

Añadir por último que sus escudos medían algo más de 100cm de largo y unos 60cm de ancho, si bien las medidas no eran un estandar ni mucho menos.

Me gustaría recomendar en este punto el blog castra in lusitania de donde he obtenido gran parte de la información técnica sobre estos escudos, y donde podreis ahondar más en el mundo celta.

Dicho lo cual, pasamos al trabajo en gomaespuma.

Este escudo lo quería hacer ligero, ya tenía un escudo vikingo que pesaba un quintal, una rodela de peso intermedio y, durante la creación de este escudo, haría un broquel de peso despreciable.

La base sería por completo de gomaespuma de la usada para amortiguar golpes en garajes y trasteros, con unas medidas de 90x50.


El agarre sería en madera y estaría unido a la base por medio de fleje, añadiendole unas pequeñas bases de plastico para repartir la presión ejercida al manipularlo y que no coja forma o se perfore la espuma.



La espiga no sería más que sumar capas y dejar un hueco interior generoso para la mano. Como referencia para el hueco utilizaría el mismo bol de ikea que he venido usando con los umbos de los otros escudos.


Tras algunos arreglos y no menos lija, tenemos la forma básica.


Al igual que hice con el broquel, pegué una tira de cuero sintético entre las capas, para darle una mejor base a la costura que sujetaría el borde de cuero, y evitar que en un tirón dicha costura pueda ser arrancada (o al menos minimizar esta posibilidad).


Con una lámina de 2mm de goma eva formamos la chapa de protección del umbo. Un poco de calor y otro poco de persuación la dejarían perfectamente enrasada.


Para darle un punto de rigidez a los golpes, le embutí dos varillas de fibra de 5mm pegadas con cola caliente, que quedarían tapadas por completo con la espiga.


 Y por último, tenemos que proteger los bordes de la madera para evitar desagradables golpes contra el portador. Esta es la única parte del escudo que no tiene una base histórica, y es puramente práctico.


Una vez quedó todo bien lijadito, rematé con silicona las junturas, quedando el escudo de esta guisa previo a la fase de pintura.



Multiadherente como imprimación, y base de color negro. Decir en cuanto al gasto de pintura, que noto mucho, pero mucho, las dimensiones de estos escudos... pero mucho. Son superficies enormes en comparación con las armas, y aún usando sprays, para que queden capas uniformes hay que utilizar grandes cantidades de pintura.

Para hacer los golpes en la pintura, probaría una técnica nueva traida del modelismo. Pintaría unas zona que simulasen madera natural, y sobre ellas aplicaría dos capas de "heavy chipping efects", y sobre esto pintaría el escudo con normalidad. Llegado el momento, con un pincel mojado en diluyente, iría quitando la pintura sobre esta capa de producto dejando ver la primera capa que simulaba la madera.

En la práctica las pinturas que usé y las capas que dí eran muy gruesas para este producto y el resultado no quedó tan limpio como en las minis, así que me tocó rematarlo a pincel.


Siguiendo algunos patrones que pude encontrar por internet de como podrían haber estado decorados los escudos celtas, me decidí a pintarlo en azul con el escudo familiar en cuadros negros y blancos con y un centro rojo con "flores" amarillas.














































Tras pintar la manija en latón pasamos a la fase de maltrato. Golpes, rozaduras, suciedad, polvo,  óxido... lo que da vida a un cacharro de estos.







































Producto final precobertura:




Postcobertura:


Lo único que restaba era el cuero sintético en el borde y en el agarre. En ambos sitios se trataba con betún de judea para darle un toque más realista.

 























Y así terminó la cosa..





En el apartado conclusiones decir que el resultado me ha sorprendido por lo bueno. La manija es un poco para salir del paso pero todo lo demás me encanta como ha quedado. El escudo es tremendamente ligero y parece muy resistente.

Recalcar especialmente el cuero en el borde. Queda espectacular y le da el extra de resistencia donde la cobertura más sufre.

Una peculiaridad, que no es en si una pega, es el agarre horizontal. Hecho ya al agarre vertical vikingo, este se hace extraño y es cierto que la muñeca sufre bastante para mantener la posición en combate. Muchos me dicen que lo tenía que haber cambiado, pero los celtas lo llevaron así, al igual que los romanos y quería replicarlo tanto por historicidad como para probar una técnida distinta de la habitual. 

Ahora puedo decir que tengo escudos de agarre central vertical, horizontal, escudos embrazados y el broquel, creo que solo me falta el escudo de cometa, que es un embrazado diagonal.

Habiendolo probado dos tardes, hasta ahora las sensaciones, si bien diferentes por el tema del agarre, son muy buenas, por peso, usabilidad y resultados.