domingo, 2 de diciembre de 2018

Armamento Celtíbero: falcata (softcombat)




Dice la wikipedia, y algún que otro entendido, que la falcata era característica de los pueblos que vivían en la península, concretamente en el sur-este. Lo que es seguro es que los romanos se quedaron sorprendido por la fiereza de los habitantes de lo que llamaron Hispania y del armamento que usaban. La falcata fue de las más emblemáticas, tanto que los romanos cogieron su forma y la usaron en la evolución de su armamento.















Hoy os muestro como he hecho mi falcada de soft que, aparte del hecho de que la varilla tiene que ir en una posición peculiar, innovaría con un nuevo material de poliuretano para el acabado y una nueva técnica de protección de la punta.

























Una vez dibujado el diseño, ensamblé y corté madera para hacer el mango. Una buena lijadita lo dejaría al gusto del forjador.

Como todo buen arma de soft, tendría que ser segura, y para eso le pegué espuma en las zonas que quedarían expuestas a golpes fortuitos.


























El siguiente paso era uno de los complicados, la varilla. La cosa es que la falcata es una mezcla entre espada y hacha. Tiene mucho de la manejabilidad de la espada, con la inercia salvaje de un hacha. Esto se traduce en una hoja que no sigue una linea recta desde la empuñadura, pero si inclinaba la varilla para obtener el mejor punto de consistencia posible, había un punto en el que la varilla quedaría cerca del "filo", y la opción de doblar la varilla queda fuera de mi campo de experimentación y conocimiento.

Finalmente me decidí por esta configuración, en la que tendría que dejar sin filo el punto donde la varilla quedaba cerca, y dejarla un poco mas gruesa de lo planeado en un primer momento.






Otra novedad que introduje en la falcata es el rematado de la punta de la varilla, que por cierto, es de 8mm. Anteriormente utilizaba una cinta de cordura para asegurar la varilla, primero envolviendo sin más, y luego les ponía una forma de "H", con unos cuernecitos hacia la punta para evitar que la punta doblase por completo en el principio de la varilla.

En este caso, en vez de cordura utilicé un plastico flexible, que pega mucho mejor, es más fino, y me da la misma fiabilidad para la función principal, que es que la punta no se salga al hacer el bestia. 












Para el tema de la dureza gradual de la punta utilicé un plastico más duro, cortado en forma de óvalo, dejando el centro más o menos en el final de la varilla.










El sandwich sería de 3 capas, con un engrosado en la zona donde termina la varilla.



Y tras completar el sandwich, tocaba afilar la espuma... #thuglife #afiloespuma  😎

Tras mucho buscar, y sufrir lijas de banda que no aguantaban ni 2 minutos, me llegó al fin el pedido de lijas, y pude trabajar la espuma como es debido.

Teniendo por casa grano 40, 80, 100, 240 y 600, me sorprendió que el que mejor funcionaba y, con diferencia, mejor acabado dejaba era la de grano 600 para afilado de acero inox.



Y algunas correcciones después, la falcata estaba lista para el cambio de fase.


























Tras pasar por la cabina de pintura y zona de desgaste... (previo acanalado en la parte gruesa de la hoja)

























Primera mano de urecoat, poliuretano líquido con acabado flexible.

 

























Resultado tras endulzar un poco la mezcla para matar el brillo del engrudo este.



























Y al fin, con el último detalle de la empuñadura, tenemos el resultado final.

















































Como conclusión, y aunque todavía no la he probado en la liza, estoy muy contento con el resultado. 
En cuanto a la forma, creo que ya tengo bastante dominado el arte este de forjar espadas de espuma.
En cuanto a acabado, decir que el urecoat (que no es transparente como el plastidip, sino que deja un acabado amarillento, mezcla de ambar y enevejecido) parece una solución genial de cara a durabilidad, aunque también conviene decir que el resultado es más duro que el plastidip.



Edito: Urecoat tiene una dureza de shore 70, y no, no es apta para armas de soft así sin más, así que no podía ser usada más que para decoración.
Lo que he hecho ha sido quitar la cobertura, que era una capa de plastico de cierto grosor, y utilizar la falcata para probar un nuevo material, clear flex 30. Este tiene una dureza de shore 30, que es ideal para lo nuestro. Tiene de añadido que seca transparente como el agua, con lo que el trabajo de pintura se ve perfectamente.
Es mucho más complicado y tedioso de aplicar, pero una vez se le coge el truco es otro material más con el que trabajar.

 



 

Aqui esta el resultado con dos capas de clear flex 30. Esta vez si, ha superado el test de golpeo sin ningún problema.

"Mucho acero es ese para una tropa tan bisoña".


En cuanto a la forja de esto del softcombat, ya me había iniciado con armas de cinta cutres, las rehicimos y logramos un resultado pasable, continué la andanza con la ropera y la vizcaina que, siendo de cinta, dan muuy bien el pego y en cuanto a funcionalidad son una pasada en cuanto a seguridad por su "blandeza" y funcionalidad por las guardas, el equilibrado y el resultado que dan al usarlas.

 Sin tirar de falsa modestia, podría decir que el tema cinta ya esta dominado, así que tocaba dar el salto a palabras mayores.


















 Os presento al montante español, troncho de metal que trataría de pasar a espuma, madera y fibra. 

En cuanto a lo de palabras mayores va, evidentemente, por el tamaño, pero también porque ya iba a buscar un acabado digno de la estantería de una tienda.

 

Este fue mi esqueleto. Fibra de 5 en la guarda, de 10mm en el filo y madera de pino en la empuñadura y en el refuerzo de la cruz. El montante no podía pasar de 1,35m para poder usarlo sin problemas, y al ser un arma grande, el espacio libre de fibra en la punta debería ser mayor.

En este caso, a diferencia de lo que hice con la ropera y la vizcaina, pondría dos varillas de fibra que llegarían hasta la central de 10, y luego lo reforzaría con otras dos, atravesadas de lado a lado, que añadí una vez montado todo, tras darme cuenta de que la idea original no era demasiado fiable.


A la cruz, le añadiría un guarda redonda formada por un sandwich de espuma rigida con una capa de plastico en el centro. Su función sería principalmente estética.

 



































Como en las demás espadas, el mango lo cubrí con vueltas y vueltas de cable eléctrico, forradas con cinta americana, y lo rematé con un pomo de forma cónica, que facilita el agarré de este tipo de armas.
El pomo taparía el final del mango, por donde metí una barra de metal de 10mm y de largo suficiente como para conseguir el equilibrado del mandoble (que añadiría una vez puesta toda la espuma, aprovechando que el tapón no lo pegué hasta después de conseguir el equilibrado).



Una vez compuesto el esqueleto, la forré de espuma.


 

 


 Dando forma la espuma...
























 ...y tras añadir un detalle a mitad de empuñadura...

 



Hasta aqui es un poco lo mismo de las otras armas, con un poco más de optimización. A partir de ahora entraríamos en la fase de acabado.

En este caso me metí de lleno en el plastidip, un spray vinílico (tb lo hay líquido), que tras cuatro capas, se solidifica en una capa muy uniforme de vinilo flexible. Como puntos a favor tiene la durabilidad frente a los golpes, la flexibilidad y el acabado uniforme. Como puntos en contra yo le pondría la poca durabilidad en cuanto a rozaduras, y cualidad de ser "pelado" (en nuestro caso me parece algo que va en contra de un acabado duradero, pero, por otra parte, es solventable con imprimación específica de plastidip, que tengo pendiente probar).

Salvo por el hecho de que gasté un bote entero de negro, y casi uno de transparente, el plastidip es un pasote, pero ojo, cuidado al golpear a gente con armadura o arrastrar el golpe por el suelo. El plastidip es muy sensible al roce y a la punción (ténganse en cuenta las aristas y salientes puntiagudos de las armaduras, sobre todo hombreras).


 

Imprimación con plastidip negro. Las zonas mate son las que el spray se ha dado sobre la espuma directamente, mientras que las zonas brillantes son porque la espuma ha sido retocada con silicona para cubrir imperfecciones.



Ahora toca el envejecido de la hoja, que quería darle un aspecto casi oxidado, de muy usada, todo lo contrario de la típica impedimenta pulida y brillante.





Resultado final.

 














































Tras usarla un poco, me convencí de reforzar el pomo, ya que estaba dando pistas de que el plastidip no iba a aguantar el trote de un manoseo constante y forzado, así que extendí el cuero.





Las conclusiones son que tengo un arma muy impresionante, veremos a ver como de útil es, y que el plastidip es una herramienta muy a tener en cuenta, aunque queda pendiente probarlo con imprimación.






domingo, 25 de noviembre de 2018

"Tengase su merced, ¡téngase le digo! o buena cuarta de acero toledano le haré crecer entre pecho y espalda"

«Quien mata de lejos lo ignora todo sobre el acto de matar. Quien mata de lejos ninguna lección extrae de la vida ni de la muerte: ni arriesga, ni se mancha las manos de sangre, ni escucha la respiración del adversario, ni lee el espanto, el valor o la indiferencia en los ojos.Quien mata de lejos no prueba su brazo ni su corazón ni su conciencia, ni crea fantasmas que luego acudirán de noche, puntuales a la cita, durante el resto de su vida. Quien mata de lejos es un bellaco que encomienda a otros la tarea sucia y terrible que le es propia. Quien mata de lejos es peor que los otros hombres, porque ignora la cólera, y el odio, y la venganza, y la pasión terrible de la carne y de la sangre en contacto con el acero; pero también ignora la piedad y el remordimiento. Por eso, quien mata de lejos no sabe lo que pierde».
  • Fuente: El sol de Breda, capítulo VI
De rufianes, espadachines, soldados y, en general, de lo que venía usándose como armas principales en lo que fue nuestro  siglo de oro, es de lo que versa hoy la forja.




En esta entrada veremos como hacer, o más bien, como hizo un servidor de vuseñorías, la pareja de ropera y daga de parada.






 

Con una idea bastante más clara de lo que iba queriendo, pillé una espuma un tanto más especialita. El vendedor la describía como espuma de grado 25 que, aunque se que se refiere a la dureza, no tengo nada claro en base a que la mide. En algunos sitios he visto que la dureza de las espumas se miden por kg/m2, pero vayase ud a saber en que pensaba este señor en concreto.

Edito: la escala de medición es la shore, el sr chino usa un durómetro que pone shore C. Yo estoy usando uno de shore A obteniendo unos resultados muy similares. 

El caso es que me llegó una espuma beige (que no amarilla) de 6mm de grosor que me pareció perfecta para hacer armamento de soft. A día de hoy, después de haber hecho 4 armas con esos 200x50cm, sigo manteniendo la idea que me llevé en la primera impresión. Blanda pero no demasiado como algunas de yoga, y sin huecos en su estructura, como le ocurre a la barata del decathlon (esto es, de celda cerrada).


Empezaría por la vizcaina




 
























La base es la misma que ya nos sabemos. Pomo y empuñadura de madera de pino, y varilla para dar rigidez a la hoja. En este caso, como el objetivo es una daga, utilicé varilla de 5mm, ya que tenía miedo de que al usarlo en la corta, la de 8mm fuera muy rígida.
Después de mucho usarla, la de 5mm es correcta, pero quizá la de 8mm habría estado mejor para un arma destinada a parar. En su uso ofensivo es mucho mas segura, pero parar con el filo a veces se hace un poco cuesta arriba con armas que llevan mucha inercia.

Las otras novedades que saltan a la vista son las protecciones de la daga. Este arma en cuestión se conoce como vizcaina o daga de vela, por la forma que queda precisamente por sus protecciones.
Una varilla de 5mm atravesando la empuñadura y un pequeño refuerzo de madera serían, y son suficiente para tener una guarda funcional, y con el plástico de un cartel de anuncio nos protegeríamos la mano.

Tras proteger con espuma pomo, guarda y vela, colocamos la capa central del sandwich. En este caso, y en pro de conseguir una punta de dureza progresiva, a la "U" de cordura que rodea la varilla, le añadí dos cuernitos, formando una especie de "H", para tener de esta manera un par de centímetros de tela y espuma antes de pasar a únicamente espuma.
La idea fue buena pero, como puede apreciarse, la ejecución no tanto, ya que tuve que añadir un poco más de espuma por haberme quedado demasiado cerca de la punta.


Excalibur en su piedra...




Como habreis notado, me he pasado a la cola de contacto en el sandwich. Es una pasado como pega de bien, ni punto de comparación con la cola caliente. Forma un todo, y al cortar, no embota las cuchillas.




En esta imagen estoy apretando la punta, que ha visto crecer su extermo por el tema que comenté antes.














Punta arreglada y bordes biselados.







"No nos queda sino batirnos" o en este caso, encintar.




























Terminada la daga de parada, pasaría al arma principal, la ropera que todo hidalgo habría de llevar al cinto, y saber sacar en defensa de su honra y la de su rey.




Mismo comienzo, pero en esta imagen se puede apreciar un detalle que no fotografié en la vizcaina.
Como comenté, la varilla de la guarda atravesaba la empuñadura y un engrosamiento que le había hecho al efecto, pero no hablamos de los extremos, que deben ir bien protegidos como la punta de la varilla de la hoja, para evitar accidentes. Un trozo de cinta de cordura nos garantiza un juego seguro.




Con la ropera se planteaba un problema. El homólogo real se caracteriza por ser muy largo y estrecho, y fundamentar su acción en la estocada, cosa que plantea problemas al pasarlo a soft, con la distancia entre la varilla y los bordes de la espuma, tanto laterales como a la punta, de cara a estocar.

Hice un sandwich estrecho, y sobre esto fui trabajando, quitando poco a poco según iba viendo que era seguro.

La cazoleta la hice en espuma durita de la de las pesas.

Después de encintar, el resultado fue este.
 


























Después de encintar, y muy a mi pesar, no estaba del todo contento con el resultado. La vizcaina tenia una hoja que no me terminaba de convencer, y la punta de la ropera quedaba un poco dura (me pasó lo mismo que con la vizcaina, que la "H" de la cinta de cordura, le llegó hasta el final).

Y como no hay nada peor que echar horas en algo que no te convence, quité la cinta y enmendé los fallos.




La esponja de lija resultó comportarse muy bien suavizando las aristas. Con las espuma del decathlón esto es impensable.


























La vizcaina sufrío un re-styling, quedando mucho mas "daga" y menos "sable de abordaje".
































Tras un par de meses de probarla, con cierto miedito al principio por no ser un estoque de calimacil,  he de decir que estoy más que contento del resultado, ya que tengo dos espadas que se comportan increiblemente bien, son seguras, chulísimas a pesar de ser de cinta, y únicas. Amén de que las guardas funcionales son un pasote.. bueno, en la ropera la verdad es que ni me entero de que lleve guarda, pero la daga de parada hace buen honor a su nombre.

Conviene tener en cuenta con armas de estocada de sección tan estrecha, que no deberían tirarse golpes por encima del ombligo, para evitar que por un movimiento inesperado, o la propia reacción natural del rival de elevar el arma o el escudo para quitarse el puyazo, este termine llendo a la cara. Creo, y es opinión propia, que respetando esto, se puede jugar seguro estocando.