domingo, 2 de diciembre de 2018

"Mucho acero es ese para una tropa tan bisoña".


En cuanto a la forja de esto del softcombat, ya me había iniciado con armas de cinta cutres, las rehicimos y logramos un resultado pasable, continué la andanza con la ropera y la vizcaina que, siendo de cinta, dan muuy bien el pego y en cuanto a funcionalidad son una pasada en cuanto a seguridad por su "blandeza" y funcionalidad por las guardas, el equilibrado y el resultado que dan al usarlas.

 Sin tirar de falsa modestia, podría decir que el tema cinta ya esta dominado, así que tocaba dar el salto a palabras mayores.


















 Os presento al montante español, troncho de metal que trataría de pasar a espuma, madera y fibra. 

En cuanto a lo de palabras mayores va, evidentemente, por el tamaño, pero también porque ya iba a buscar un acabado digno de la estantería de una tienda.

 

Este fue mi esqueleto. Fibra de 5 en la guarda, de 10mm en el filo y madera de pino en la empuñadura y en el refuerzo de la cruz. El montante no podía pasar de 1,35m para poder usarlo sin problemas, y al ser un arma grande, el espacio libre de fibra en la punta debería ser mayor.

En este caso, a diferencia de lo que hice con la ropera y la vizcaina, pondría dos varillas de fibra que llegarían hasta la central de 10, y luego lo reforzaría con otras dos, atravesadas de lado a lado, que añadí una vez montado todo, tras darme cuenta de que la idea original no era demasiado fiable.


A la cruz, le añadiría un guarda redonda formada por un sandwich de espuma rigida con una capa de plastico en el centro. Su función sería principalmente estética.

 



































Como en las demás espadas, el mango lo cubrí con vueltas y vueltas de cable eléctrico, forradas con cinta americana, y lo rematé con un pomo de forma cónica, que facilita el agarré de este tipo de armas.
El pomo taparía el final del mango, por donde metí una barra de metal de 10mm y de largo suficiente como para conseguir el equilibrado del mandoble (que añadiría una vez puesta toda la espuma, aprovechando que el tapón no lo pegué hasta después de conseguir el equilibrado).



Una vez compuesto el esqueleto, la forré de espuma.


 

 


 Dando forma la espuma...
























 ...y tras añadir un detalle a mitad de empuñadura...

 



Hasta aqui es un poco lo mismo de las otras armas, con un poco más de optimización. A partir de ahora entraríamos en la fase de acabado.

En este caso me metí de lleno en el plastidip, un spray vinílico (tb lo hay líquido), que tras cuatro capas, se solidifica en una capa muy uniforme de vinilo flexible. Como puntos a favor tiene la durabilidad frente a los golpes, la flexibilidad y el acabado uniforme. Como puntos en contra yo le pondría la poca durabilidad en cuanto a rozaduras, y cualidad de ser "pelado" (en nuestro caso me parece algo que va en contra de un acabado duradero, pero, por otra parte, es solventable con imprimación específica de plastidip, que tengo pendiente probar).

Salvo por el hecho de que gasté un bote entero de negro, y casi uno de transparente, el plastidip es un pasote, pero ojo, cuidado al golpear a gente con armadura o arrastrar el golpe por el suelo. El plastidip es muy sensible al roce y a la punción (ténganse en cuenta las aristas y salientes puntiagudos de las armaduras, sobre todo hombreras).


 

Imprimación con plastidip negro. Las zonas mate son las que el spray se ha dado sobre la espuma directamente, mientras que las zonas brillantes son porque la espuma ha sido retocada con silicona para cubrir imperfecciones.



Ahora toca el envejecido de la hoja, que quería darle un aspecto casi oxidado, de muy usada, todo lo contrario de la típica impedimenta pulida y brillante.





Resultado final.

 














































Tras usarla un poco, me convencí de reforzar el pomo, ya que estaba dando pistas de que el plastidip no iba a aguantar el trote de un manoseo constante y forzado, así que extendí el cuero.





Las conclusiones son que tengo un arma muy impresionante, veremos a ver como de útil es, y que el plastidip es una herramienta muy a tener en cuenta, aunque queda pendiente probarlo con imprimación.






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