miércoles, 15 de julio de 2020

"Si comes cerezas con los poderosos te arriesgas a que los huesos lluevan contra tu nariz".





Esta versión Nórdica del clásico de Cerealkiller de "Juega con el mejor, muere como los demás", nos ayuda a ponernos en situación cuando nos estamos vistiendo para ir a darnos de palos y decir, ostras, que por muy bueno que sea, alguna me voy a llevar... y ahí es cuando nos acordamos de esas preciosas piezas de armadura que tenemos pero que no pegan con nuestro atuendo vikingo.

... saaaalvo, que hayamos sido previsores y nos hayamos provisto convenientemente de acero y cuero, y estemos preparados para defendernos de todos esos huesos de cerezas.

Esta entrada es la continuación de los brazales de tablas, donde os mostraré como hice las grebas para un personaje de ambientación nórdica-vikinga-varega.

La dinámica será la misma que para los brazales: perfiles de acero de 2 mm de grosor y 30 de ancho para las piernas, remaches de 2 y 4 mm, con sus correspondientes arandelas, un par de hebillas y correas de cuero para cada pierna, así como unas tiras de cuero un poco más fino para complementar la sujeción y para la abrazadera de las correas.

A diferencia de los brazales, donde la tabla era recta en toda su longitud, en la pierna hay una gran diferencia de grosor entre el tobillo y el gemelo, por lo que si mantenemos rectas las tablas se iban a ver muchos huecos arriba. Por esto en los últimos 20 cm de la tabla le hice un rebaje de 30 a 20 mm, formando una especie de cuña y haciendo de este modo que la relación hueco-metal se mantuviese más o menos igual durante toda la pierna.



















La rodilla fue un poco puñeta, ya que la pierna, aunque nos lo parezca, no es recta, la rodilla no esta en el centro del cono que sería el gemelo y el tobillo, sino que se desplaza hacia fuera. Esto hacía que se quedaran en un sitio incorrecto y me molestaban el movimiento. Por esto hubo de doblarlas en la mitad interior, y dejarlas casi rectas en la exterior, quedando una forma un poco rara, pero que es la cómoda para moverse.

















Con lo principal hecho, ya solo me quedaban un par de detalles en la forma. El más visible era la protección del tobillo. Lo primero era decidir si era un buen aporte o si por el contrario me sería molesta. Tras no pocas pruebas, me quedó claro que no me molestaba en absoluto y, que además de protegerme de algún golpe raro que pudiese caer por ahí, me limitaba el movimiento en caso de una torcedura grave. Todo ventajas, vamos.

Por último, y tras hacer algunas pruebas, me decidí por añadir un par de tablas de 15 mm en la parte frontal de la protección, ya que me parecía que el hueco de se dejaba era demasiado ancho para la zona donde se prevé que lleguen la mayoría de los impactos.


Con esto ya estaba la forma zanjada, quedaba maltratar el metal y redondear los bordes.















Pareja y set de protecciones de tablas completado. Lo próximo, el peto de laminillas.






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