miércoles, 15 de julio de 2020

"La honra es lo que los demás piensan de ti, mientras que el honor es tu consideración de ti mismo"

  
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Con estas palabras del escritor Jesús de las Heras pongo en cabecera lo que guiaba a muchos espadachines e hidalgos, (lo fueran de boquilla o de papeles), en aquellos tiempos en los que las espadas se portaban por muchos para guardar su vida, y su honra.




Una de esas espadas bien podría haberse parecido a la que os presento hoy. Trata de ser una espada a caballo entre la corte, la calle y el campo de batalla. No muy larga y estrecha, como las que se portaban por civiles, y con iguales partes de decoración y practicidad que la hacían apta para llevar al cinto como objeto de ornato o para hacerle morder acero a la tropa que correspondiese.

CASTRA IN LUSITANIA: La espada ropera



Este esquema de las partes de una ropera de lazo del señor "Amo del Castillo" me será muy útil para mostrarlas. Decir que los arrices los he visto más comúnmente nombrados como gavilanes y en algunos sitios tambíen guarda o cruz, pero vamos, este sería básicamente el diseño que buscaba reproducir en este estoque, una espada con guarda de cruz y dos anillos de protección de la mano, con dos arcos que protegiesen al dedo indice en el agarre peculiar de estas espadas.




Como en otras espadas, comenzamos encastrando una varilla de fibra de vidrio de 8 mm, en un mango de madera (listón redondo de madera de pino en este caso). Como se va a tratar de una arma con guarda en cruz funcional, atravesaría una varilla de fibra de vidrio de 5 mm junto con un taruguillo de madera de roble para darle estructura al conjunto. Las puntas de todas las varillas irían cubiertas con un trozo de tira de cordura cosida para evitar que las puntas puedan proyectar sobre la espuma y provocar alguna lesión. En la punta de la hoja, la tira tendrá una suerte de forma de H para ayudar a que el paso de varilla a espuma sea lo más gradual posible y, la punta, tarde lo más posible en deteriorarse.

En esto del combate con espadas de espuma sabemos que tarde o temprano las cosas se deterioran, así que el principal cometido del que las hace es retrasar ese momento lo más posible. En este caso, la espada tendrá muchos componentes distintos, que dan pie a que se cree holgura, aristas que perderán la capa protectora al tercer golpe, salientes que pueden encancharse.. en fin, esta no será una espada como la vikinga, que lo aguantará todo, sino que tengo que asumir que es un arma que irá pasando con cierta frecuencia por chapa y pintura.


Sigo con la espada. Varilla, cruz, mango-puño y pomo. Por ahora el equilibrio está más o menos en su sitio, veremos a ver cuanto contrapeso hay que ponerle después.















Se forra toda la cruz de espuma y se añaden los detalles de las puntas de los gavilanes, de forma geométrica muy pronunciada. Las formas redondas son los óptimo para las espadas, todo lo que no sea redondeado se va a desgastar muy rapido, y así se lo diría al que me pidiese consejo, pero dado que esta espada iba a ser para mi y me apetece probar.. probemos.
















Una vez tenemos la espuma de la cruz, empezamos con las protecciones de la mano. La protección principal sería lo que hemos llamado el anillo superior, que estaría formado por una tira de fleje sobre el que pondría espuma. La idea es que tenga una cierta rigidez pero que se deforme si hay un desafortunado encontronazo. Si sufre un pequeño enganchón aguantará, pero no espero que resista si el tirón es muy fuerte.
















Con la misma técnica formaría el arco de los dedos o patillas, y de una manera un tanto más precaria montaría el anillo inferior o guarda. Este último va embutido entre las espumas de las patillas y el recazo (la parte de la hoja que queda entre la cruz y el anillo inferior, que no estaría afilada), y pegado con bien de pegamento.
































































La hoja no innova nada nuevo, varilla de 8, protegida en la punta con cordura cosida a los extremos de la varilla y con unas "solapas" formando una especie de H para agarrar la espuma de la punta y todo lijado con mi querida lijadora de banda con grano 600 para dejarle un acabado pulido.


















Por último vamos con el pomo, donde habría que ir poniendo peso para lograr un buen equilibrado.
El contrapeso lo formaría una varilla metalica que iría en el último tercio de la empuñadura, y clavos redondeados de 4 mm que iría insertando en la madera del pomo y una vuelta de acero extra.
Con todo ello hemos conseguido mantener el equilibrio que teníamos al principio, cerca de la cruz.


















































Con todas las partes firmemente unidas, sellamos las juntas con silicona, aplicamos la imprimación, pintamos, damos envejecido y cubrimos. Todos estos pasos son los habituales en mi, de modo que pondré únicamente las imagenes sin mayor explicación.










Fin del proyecto y, a riesgo de no ser objetivo... ¡ha quedado espectacular!.

El peso, el tamaño, las sensaciones.. me encanta.. solo me queda ver que tal aguanta los rigores de la batalla.


















Edito: Habiendo participado ya en algunas reyertas multitudinarias, se constata lo que ya se avanzaba. Las partes más expuestas han sufrido daños, se han movido y la espuma se ha abierto un poquito aqui y allá. Nada grave ni nada que no me esperase, pero duele.. La solución, un poco de pintura para tapar la espuma que se vea al separarse la pintura, y un poco de silicona, combinación perfecta para los arreglos menos graves.

Otro cantar son las puntas de los gabilanes... esos se desgastan sólo con el roce de la ropa y el transporte, y al ser tan pronunciados la cobertura no se queda en ellos, por mucho que la dejo secando boca abajo para que se forme gota allí... por ahora aguantan, pero va a ser el talón de aquiles de esta espada. Ya lo sabíamos, ya lo hemos probado, ya podemos volver a las redondeces.



... no me dirán sus mercedes que no es una preciosidad..

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